Alqueria de Ferrer

Volúmenes: varios. Morfología: casa compacta de dos crujías y torre. Plantas: 2. Dimensiones: 36,40 x 21,60. Revestimiento: revoco blanco. Carpintería: madera. Cubierta: teja árabe. Fábrica: tapiales, ladrilllo con grandes tendeles y fábricas modernas.
La alquería de Ferrer es una gran casona que incluye varios cuerpos adosados que se han ido transformando en el tiempo, adecuándose a los gustos y a las maneras de habitar el campo valenciano desde hace varios siglos.
Por sus fábricas podemos entender que el denominado cuerpo se trata de una estructura tardomedieval que se adecuó como una casa de dos crujías a lo largo de la última etapa del siglo XVII o durante el inicio del S. XVIII. De esta época conserva sus tapiales de origen y la estructura asimétrica en planta, con la puerta de acceso ladeada en la parte Este de la casa. Su composición en fachada con vanos al tresbolillo son característicos de estos finales del Seiscientos valenciano; Huecos que se han agrandado y transformado en época más o menos próxima, configurando algunos de ellos como balcones y transformado lo que posiblemente fue una andana sedera o tabaquera, en una planta de habitación con una cambra superior ventilada por los pequeños orificios de ventilación que configuraban el nivel superior de la andana original.
El segundo de los cuerpos y la torre miramar son más recientes, posiblemente los podríamos fechar en el primer tercio del siglo XIX. Una fachada académica, impostada, compuesta simétricamente, con torre lateral. Una composición y unas fábricas muy distintas a las anteriores. La tradición del miramar es estas casas señoriales del campo valenciano está muy extendida y es durante el S. XIX cuando mayor número de ellos encontramos en las proximidades de la ciudad. Su configuración de torre se conserva, pero ya no es la torre fortificada de reminiscencia medieval, tampoco la torre con chapitel renacentista a la manera de la Casa de la Sirena, o la torrecilla fortificada con pequeño chapitel de la alquería de Falcó, allá por finales del S. XVII. Las torres del Setecientos, con sus cubiertas campaniformes como podemos ver en la alquería del Magistre de Alboraya, son sustituidas por torres de fábricas revocadas donde la sillería esta ausente y también el ladrillo.
El espacio circundante de huertas estuvo en transformación hacia huertos de agrios hasta los años 90 del siglo XX, cuando se abandonaron por la presión urbanística.
Una terraza superior culmina la torre que puede encontrase centrada, como penetrando la arquitectura del edificio principal, tal como encontramos en la alquería Nova de S. Josep de 1830, o también situarse lateralizada como en el caso de esta alquería de Ferrer.

Croquis

Fotos

Plànol