Alqueria de l'Alba - Ermita - Creu

Localización: La alquería del Alba está situada en el inicio
del trazado del antiguo Camí de Picassent, muy próxima a
la Creu de Terme, se trata de una factoría rural de origen
moderno habilitada para las funciones de vivienda,
almacenamiento y apoyo a los colonos y arrendatarios del
Marqués de Llaneras. En el conjunto se incluyen la ermita
de la Mare de Deu de l'Aurora y la vivienda del párroco.
El piasaje fisico y humano entorno a la alquería: La
alquería del Alba se sitúa en un enclave interesante
paisajísticamente, junto a la Cruz del Término del histórico
Camí de Picassent, próxima al trazado de un ramal de la
acequia de Rovella, en una zona hoy muy deteriorada y en
proceso acelerado de deterioro social y físico, pero capaz
de ser reconstruida y conservada paisajísticamente si se
pretende ponerla en valor. Las bases y estructuras formales
existen y el material botánico, agrario, estructural de
acequias, caminos, etc, también. El material humano será
la cuestión mas importante, necesitándose un decidido
apoyo en la cualificación de las personas que trabajen la
tierra, a la vez que en la policía de zona, para conseguir
una estabilización social del área en cuestión y una
estabilidad en la población que habita y trabaja el campo.
La alquería como factoría rural: La alquería tiene un
origen señorial y consta de los edificios y cuerpos de
construcción necesarios para albergar las instalaciones de
habitación, almacenamiento y transformación de los
colonos y arrendatarios de las tierras del Marques de
Llaneras. Por la arquitectura de la alquería, por sus
fábricas, no podemos entender que la fecha de
construcción de estas instalaciones se prolongue más allá
del S. XVIII o inicios del XIX, con partes ampliadas a
finales del siglo XIX.
La arquitectura de la alquería: Arquitectónicamente
consta de un edificio principal de dos plantas compuesto
por dos crujías paralelas a fachada, con cubierta a dos
aguas y cumbrera sobre la línea central, una estructura
típica de estas casas del campo valenciano donde la
vivienda se desarrolla en planta baja, dejando la superior
para almacenamiento, con acceso desde el interior de la
vivienda, la cual podría ser habitada por varias familias, con
estancias y habitaciones autónomas.
Las casas anexas lateralmente son más modernas en el
tiempo y albergan o albergaban viviendas de colonos en
algún caso.El edifico principal incluye una ermita dedicada a la Mare
de Deu de l´Aurora, a la cual se accede lateralmente y
ocupa la parte derecha de la planta baja, incluyendo un
cuerpo añadido para aumentar su capacidad, como
demuestran sus fábricas de mampostería con esquinas de
ladrillo, posiblemente originarias de finales del S. XIX o
inicios de este S. XX. La vivienda del párroco se situaba en
la planta alta, con acceso desde la propia ermita.
Tras el edificio principal encontramos un patio que se cierra
con porxadas en su lados posteriores, mas otros cuerpos
adosados lateralmente que completan su perímetro.
Son los típicos edificios agrarios de estructura diáfana,
cubiertos a un agua, de dos plantas, cerrados
exteriormente con muro para de esta manera acotar el
espacio, pero con porticado interno abierto al patio para
facilitar el acceso de los productos agrarios a estos
espacios cubiertos cuya función de almacenaje y secadero
es imprescindible en el mundo agrario y que en Valencia se
resuelve con estas formas canónicas denominadas:
¿Porchás¿, Porxades¿, ¿Porxis¿,etc.
La alquería del Alba ha padecido un proceso de deterioro y
transformación que le ha llevado una división en tres
propiedades distintas, cada una de las cuales se ha
habilitado dependencias de habitación en planta alta, con
acceso desde el exterior, dejando la planta baja como
almacén agrícola, invirtiendo de esta manera la estructura
tradicional de ocupación del espacio.
Los elementos de su arquitectura aún persisten, su
volumen, la manera de cubrir, su perímetro, las pequeñas
ampliaciones de volumen han afectado sobre todo al patio
interior. Las puerta, sus guarda ruedas, solados exteriores
de rodeno en adoquín, permanecen y nos ayudan a
entender el antiguo esplendor de una alquería que con su
pequeña espadaña era centro de reunión de los colonos y
habitantes del entorno próximo.