Alqueria del Torrentí - Casa del Baró

El paisaje donde se inserta la alquería.-
Las proximidades del nuevo cauce del Turia el antiguo
Camino Real encontramos la antigua alquería del Torrentí;
una importante granja campesina que se conserva en
buenas condiciones ya en el entorno de la propia ciudad,
donde conserva algunos fragmentos de la antigua
parcelación rural, mientras que tras la alquería, las grandes
masas de las viviendas periféricas empiezan a marcar otro
paisaje.
La alquería como paisaje.-
La gran esquina construida, a la manera de potente diedro
blanco, con fenestración ritmada y con alero continuo en
esquina, marca sobremanera la arquitectura de la alquería.
Tras este volumen de la casa principal, el resto se define
como cuerpos adosados entre sí, con cercas, patios,
porxadas, viviendas más pequeñas, etc. Siempre con
carácter subsidiario frente a la pieza principal. La palmera
de gran porte frente a la fachada principal de la alquería,
acompañada por algún chopo centenario y varias moreras,
se levantan sobre los planos horizontales de los bancales
de esta huerta cultivada con productos hortícolas y vallada
con tela metálica.
Las arquitecturas del conjunto.-
Entre el conjunto de cuerpos que componen la alquería
podemos distinguir: Una pieza en ¿L¿, formada por cuerpos
de una crujía que definen la arquitectura de la casa
principal. Dos viviendas que abren a Norte, y resueltas con
esquemas de dos crujías paralelos a fachada. Varias
porxadas, sencillas o articuladas entre sí, más un conjunto
de patios y cuerpos adosados a las cercas.
La alquería del Torrenti define a la casa principal,
constituida por cuerpos de una crujía formando ¿L¿ y
definiendo una potente esquina, a la que ya hemos hecho
referencia. La volumetría y la manera de construir los
cuerpos en este edificio, incluso sus direcciones de
viguetería, evidencian este esquema de origen. A esta
estructura se le incorporan una serie de añadidos, que se
van adosando y que compactan en planta la casa, aunque
en volumen, se sigue conservando el esquema primitivo.
La fachada abre hacia el Este e incluye como puerta de
acceso un arco de medio punto construido en ladrillo. La
vivienda se desarrolla en planta baja, con una serie de
habitaciones organizadas a la manera de las casas de dos
crujías, el resto de los huecos de esta planta han sido muy
alterados en el tiempo. La planta superior alberga una
importante andana de almacenaje y secado de cosechas,
abierta con dos niveles de huecos superpuestos. Las casas que abren fachada a Norte, se definen como
casas de dos crujías paralelas a fachada, con eje centrado
en planta, albergando la vivienda en planta baja y
manteniendo la planta superior como andana. La parte
posterior de la casa abre a un patio al que se accede con
puerta situada en el eje central. Los espacios de la casa y
su sintaxis, siguen la manera tradicional de estas casas
rurales de origen moderno.
Las puertas construidas con dinteles de madera de sección
rectangular, nos indican una relativa proximidad en el
tiempo, quizás no sobrepasen el último tercio del S. XIX.
Su origen puede ser el de apoyo a la explotación agraria
por parte de colonos, o bien, particiones de propiedad de la
propia alquería original.