Castillo de Chirel
- IGPCV
- 46.099-9999-000003
- Denominación
- Castillo de Chirel
- Municipio
- CORTES DE PALLÁS
- Comarca
- EL VALLE DE COFRENTES-AYORA
- Provincia
- VALENCIA
- Localización
- Monte frente a la Muela de Cortés
- Uso primitivo
- Defensivo
- Estilo
- Arquitectura Islámica - Gótico
- Tipología
- Edificios - Edificios militares - Castillos
Durante la Edad Media, la frontera entre los Reinos de Castilla y Valencia corría por el vecino valle de Ayora-Cofrentes; de tal suerte que la fortaleza de Chirel controlaba perfectamente todo el tránsito por la vía del río Júcar.
Se tiene noticia del castillo en el año 1349, por una orden en la que se refería a que determinados castillos fueran abastecidos de comida, entre ellos, Chiva, Gestalgar, Chirel y Olocau.
Por el uso de la piedra en las portadas de acceso, escudos y dovelas permiten datar la reconstrucción del castillo en el siglo XV.
Fue baluarte importante en la rebelión de los moriscos, que tras el decreto de su expulsión se refugiaron en esta zona. Pertenecía al barón de Cortés.
Se localiza en lo alto de un monte de peñascos y flanqueado por las gargantas del río Júcar, frente a la Muela de Cortés; por ello es fácil advertirlo a modo de inmensa mole desde distintos puntos del término municipal. El acceso al castillo se realiza por una estrecha senda desde los pies del macizo donde se halla anclado.
La fortaleza se situaba estratégicamente en el extremo occidental de la cima, configurando un recinto de forma aproximadamente triangular. Su situación, perfectamente adaptada a la orografía del terreno donde se asienta, le proporcionaba una óptima posición defensiva; hacia el sur contaba con la defensa natural que supone la existencia del abrupto cortado de más de 300 metros de altitud, mientras que el acceso se ubicaba en el extremo oriental del flanco norte, protegido a su vez por un doble lienzo de muralla por cuyo interior discurría el camino de ronda.
Al recinto se accedía atravesando un paso de un metro aproximadamente de profundidad con forma de arco apuntado hacia el exterior y de medio punto hacia el interior; tras él, se abría un pequeño zaguán y el recodo hacia la derecha enlazaba con el pasillo entre la doble muralla; otro paso de similares características aunque de dimensiones más reducidas se abría bajo la torre vigía central que sobresalía del paño mural a modo de avanzadilla, como lo hacían también en losa extremos sendas torres. Este sistema de avanzadillas reforzaba la seguridad del recinto y protegía la cortina norte con todo un despliegue de saeteras, pretiles y aspilleras. En la parte superior de estos cuerpos puede observarse las ménsulas de piedra que sostendrían el matacán desde donde vigilar y hostilizar al enemigo.
En el lado este de la fortaleza disponía de un foso. La protección de la misma se completaba con los dos torreones que se yerguen en los extremos oriental y occidental. El primero posee planta trapezoidal y varios niveles de altura, encontrándose su interior desplomado; el segundo de planta cuadrada, posee dos niveles, el primero conserva la bóveda de cañón de ladrillos dispuestos a rosca, el segundo que haría las veces de atalaya, ha perdido su cubrición; el acceso de un nivel a otro se realizaba a partir de una pequeña escalera lateral situada en la pared recayente al patio, donde también se abre una ventana rectangular que conecta con el espacio central.
En el interior del recinto y alrededor del patio, en el que se han hallado restos cerámicos de asentamientos anteriores a la construcción del castillo, se encuentran vestigios de las distintas dependencias que conformaban la construcción: aljibe, muros pertenecientes a los distintos habitáculos, algunos de ellos con accesos en forma de arcos de medio punto o rebajados, y pasos subterráneos, en parte cegados.
El material constructivo nos permite remontarnos a la tradición musulmana y los modelos estilísticos a la arquitectura gótica. La fábrica está compuesta por tapial encofrado y obra de mampostería en sus lienzos murales, utilizando ladrillo para la cubrición de algunas estancias. Sin embargo el uso de la piedra es bastante profuso y llamativo, los ángulos de los cuerpos disponen de sillares pétreos que refuerzan su estructura y la otorgan una imagen diferente a la que vemos en los restos de los castillos de esta zona, La Pileta, Ruaya, Otonel, todos ellos de origen y desarrollo netamente musulmán.
Se conservan dos escudos nobiliarios y restos de ventanas góticas. (C.Pérez-Olagüe)
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