Santuario de Nuestra Señora La Virgen de la Cueva Santa

Se trata de un Santuario situado en el interior de una gruta natural, oquedad de veinte metros de profundidad originada por un fenómeno de erosión kárstica. La única solución arquitectónica no natural está aplicada a la capilla del Sagrario: ésta se encuentra en la entrada, a nivel de la primera planta, a mano izquierda. Es de traza elíptica con decoración de pilastras con capiteles compuestos y cornisa superior. Cubierta por cúpula ovalada sobre tambor. Alberga el sarcófago de los restos de Fray Bonifacio Ferrer, autor de la imagen de la Virgen.
Toda la zocalada está decorada con azulejos alcorinos (siglo XVIII). En el centro se alza un templete arquitectónico rematado con frontón con ángeles sosteniendo el Escudo Mariano y protegido con una reja del siglo XIX. En el interior existe un retablo de mármol con hornacina central flanqueada por dos pares de columnas salomónicas de capitel compuesto que alberga las figuras de San Joaquín y Santa Ana en los laterales realizadas en mármol y en el centro la imagen de la Virgen (en yeso) sostenida por el pastor y San Bonifacio Ferrer, todo el conjunto en plata. El retablo lo pagaron los Duques de Segorbe y colocaron su escudo detrás del Altar.
El templete tiene respecto a la capilla del Sagrario una situación de sótano, al que se accede por una amplia escalera.
Tras el Altar se conserva un retablo de cerámica de Manises del siglo XVIII dedicado a la Virgen.
Exteriormente el Santuario consta de un pórtico de entrada a la gruta con arcos de medio punto de escasa calidad artística. Su fábrica es de mampostería. Anexa al Santuario, se halla una hospedería.
La imagen es un relieve busto de la Virgen, labrada, según la tradición, por Fray Bonifacio Ferrer en 1402, hermano de San Vicente El icono de la Virgen de la Cueva Santa fue hallado en 1504 por un pastor, después de que se hubiera perdido. (Catálogo Arquitectónico: Patrimonio del Alto Palancia)

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