Camí Vell de Picassent

El Camí Vell de Picassent es uno de los principales caminos que unían la ciudad con las huertas del sur. Separaba los antiguos cuarteles de Patraix y Russafa. En sus inmediaciones se situaban algunas de las mejores alquerías históricas y jardines de particular importancia, como indica el plano de A. Duarte. En la actualidad en el término de València solo se puede distinguir una parte entorno a la tapia este del cementerio, junto al parque de la Rambleta, más un fragmento importante y denso en carga patrimonial entorno a la acequia de Rovella y la Cruz de Término. Una vez sale del término de València, el camino se convierte en una vía verde ya construida de gran importancia, por lo cual sería aconsejable prolongar dicha vía hasta este término municipal.

Se trata de un camino muy transitado en tiempo pasado que en la actualidad ha sido recuperad en la zona de l¿Horta Sud, pero que necesita de una fuerte intervención de regeneración a partir justamente de la Cruz de Término, en el momento de introducirse en el término municipal de València. Su trazado ofrece posibilidades estructurantes a partir de la Ronda Sur, entre el Cementerio General y el Parque de la Rambleta, un lugar particularmente interesante y con muy buena calidad en el paisaje urbano de la ciudad, interrumpido por las obras ferroviarias y más tarde por el cauce nuevo del Túria; a pesar de lo cual puede ser intresante conservar el inicio del camino histórico a partir de la Ronda Sur.

Tras el cauce y hacia el sur el camino de Picassent tiene un corto trazado hasta llegar a la Cruz de Término, elemento vinculado al propio camino, con el que forma una unidad. Cruz de valor histórico y documental, en cuyo entorno podemos encontrar una serie de edificios singulares: las alqueries de Xirivella, la denominada Nueva del Patriarca y la ermita de la Santa Aurora, ambas con protección arqueológica y las alquerías del Alba y de Noves. Es aquí su trazado sinuoso y algo profundo con respecto a los campos circundantes. Un trazado sorpresivo, de perspectivas cerradas, con un ritmo muy atractivo de casas y construcciones rurales a sus lados, incluyendo una densidad reseñable de elementos patrimoniales de cierto interés: El propio camino, la Cruz de Término, el sistema de acequias, en particular la de Rovella, las propias alquerías y algunos elementos rurales como un secadero y un antiguo horno, además de una conjunto de árboles de interés paisajístico y botánico.

El camino se entrecruza con el trazado de la séquia de Rovella y aparecen pasos y pequeños puentes que saltan la acequia para acceder a los campos y propiedades. El paisaje agrario circundante esta formado por campos de agrios, frutales y huertas, algunas de ellas ya en desuso. Existen asentamientos de áreas industriales, en particular un aparcamiento de camiones, una instalación fuera de ordenación que perturba el paisaje. Los solados del camino merecen una reseña por su adoquinado en rodeno y por los acabados con guijarros de piedra negra en algunos puntos concretos entorno a la Cruz de Término, todo ello bastante ajado pero con el innegable valor documental de los solados antiguos y con el valor plástico de sus materiales. La vegetación en este punto es interesante. Las especies botánicas que encontramos al inicio del trazado del camino son las siguientes: Palmeras, cipreses de troncos añosos y de gran porte, olivos centenarios y restos de las antiguas plantaciones de estos campos antes de ser sustituidos por el monocultivo del naranjo: laureles, higueras, chumberas, etc. Los márgenes definen el trazado del camino, generalmente márgenes de piedra en seco que construyen los aterrazamientos de los bancales, marcan esta primera parte del camino en dirección a la ciudad. Bordes en muchos casos arruinados. Más adelante, ya cerca de la alquería de Noves, el camino deja de ser un “camino hondo” para subir a cota de los abancalamientos, y estos simultanean los cultivos de agrios con los de huerta, apareciendo en este caso perspectivas mas abiertas. En este punto el camino abandona el término, pero vuelve a entrar en la zona de les Llengües del Braç de Sant Jordi, un elemento con protección por parte del Tribunal de les Aigües y donde se encuentran tres alquerías con valor ambiental entorno a la Casa Anguila. A partir de este punto vuelve a salir del Término de València discurriendo como andén peatonal a lo largo del borde de la Autovía CV-400 hasta el Termino de Catarroja, quedando así unida toda la parte sur de la huerta con la ciudad.