Ermita de San Antonio y Calvario
Sobre la colina llamada Monte de San Antonio, se levanta la ermita de San Antonio de Padua, cuya existencia ya consta del año 1681. Es edificio de planta de cruz latina y en su clave ostenta elegante y proporcionada cúpula, con talla de estilo churrigueresco bien acusado, así como su presbiterio y crucero. En las lunetas angulares sobre las que descansa la cúpula encontramos los cuatro atributos del santo franciscano: el libro de los evangelios (predicación), la azucena (la pureza), el martillo (contra la herejía), y la mitra (premio ofrecido al santo por la iglesia).
La única nave es un rectángulo que no guarda escuadra y la bóveda es de medio punto imperfecto. En el espacio que forma el cuadro posterior al presbiterio y al crucero, está emplazada la sacristía y el púlpito en el muro de la nave de este mismo lado, antes de la puerta principal.
Precede a la ermita un atrio exterior abierto y rectangular a lo largo de la fachada con dos arcos o pórticos de frente, más uno abierto y otro tapiado a los lados.
En 1925 se reforzó sólidamente su cimentación, se rebajó y se puso nuevo pavimento, el perímetro fue zocalado de azulejos estilo patriarca. Se construyó el camarín, detrás del presbiterio, con su escalera detrás de la sacristía, está rematado por media cúpula con óculo cenital.
El Calvario, por su emplazamiento y por el trazado en zigzag del Vía Crucis, resulta el más original y popular de los calvarios de la comarca. Comenzó a edificarse en 1801 y fue reconstruido totalmente en 1940. (Catálogo Arquitectónico: Patrimonio del Alto Palancia)
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