Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación. Antigua Facultad de Derecho

Se trata de un ejemplo acreditado de arquitectura del s.XX que configura esencialmente, junto con el resto de edificios que forman parte del complejo universitario, la imagen del tramo original del antiguo Paseo de Valencia al Mar.

El conjunto de ambas facultades fue concebido en unidad de proyecto por el arquitecto Fernando Moreno Barberá en 1959. Son los primeros edificios del complejo universitario que la Universidad de Valencia pretendía levantar en torno al Paseo de Valencia al mar que se construyeron tras la riada de 1957. Se trata de un ejemplo paradigmático del movimiento moderno donde tanto las construcciones como los espacios no construidos adquieren la misma importancia. Los edificios, minuciosamente proyectados, se organizan en los márgenes de la manzana sin ajustarse totalmente a sus líneas exteriores, originándose amplios patios de relación hoy desfigurados por
construcciones posteriores que los trataron como simples vacíos susceptibles de ser ocupados. La ubicación de los edificios originales, concebidos como rotundos volúmenes de formas geométricamente puras, sigue un perfecto esquema ortogonal con retranqueos diversos que permiten percibir los edificios, de gran fuerza visual, con cierta perspectiva. El conjunto se articula en torno a los vestíbulos, grandes espacios de doble altura a los que se accede desde los jardines exteriores y de los que parten todas las conexiones entre la zona pública (aula magna, sala de lectura, oficinas y cafetería), la institucional (salas de profesores, seminarios y decanato) y las aulas. La obsesión por el control de la luz solar se manifiesta en el diverso tratamiento de las fachadas, donde, según su orientación, aparecen amplios paños acristalados, celosías, muros completamente opacos o significativas estructuras de parasoles de hormigón que otorgan gran parte de su singularidad al conjunto. Destaca el cuidado diseño de todos los elementos, interiores y exteriores, con una ornamentación que se limita al juego de materiales, a la introducción de ingeniosas soluciones constructivas y al tratamiento de las superficies, incluyendo soberbios paneles de cerámica artística de José Calvo. Incluido en el registro internacional DOCOMOMO desde 1996, el conjunto ha sido objeto de obras recientes de derribo, rehabilitación y ampliación que han eliminado parte de sus elementos más significativos, así como han introducido nuevos elementos que desfiguran la lectura del conjunto.