Capilla de San Julián
De antiguo origen, fue reedificada en 1930 después de que se arruinara por completo tras derrumbarse en 1927. Algo olvidada, su estado actual no es demasiado bueno y necesita restaurarse.
Se trata de una edificación en estilo popular, adosada por trasera y parte izquierda a restos de muralla y vivienda particular. La fachada, pintada en tonos verdosos, es cuadrangular, rematada con recargado acroterio adornado con jarrones y desde el que se alza la espadaña vacía. Bajo la cornisa hay una lápida con dos escudos, la fecha de 1930 y la inscripción latina cuya traducción es: Todos lo proclaman defensor del pueblo y ahuyentador del enemigo. También como patrono es venerado. A la puerta de hierro se accede por tres escalones, y se enmarca en arco de medio punto con dos pilastras de capitel corintio de poco relieve.
Al interior presenta una única nave rectangular con techo plano, piso de baldosas y zócalo de azulejos de Manises. El altar se alza sobre dos gradas, y la imagen del titular, empuñando espada y palma, se venera en una urna acristalada.
San Julián es uno de los patronos de Requena y, según la tradición, el lugar que ocupa su ermita es donde el 7 de enero de 1468 se apareció el santo para dar ánimos a los habitantes de la ciudad que la defendían contra las tropas de don Álvaro de Mendoza, que abandonaron el asedio gracias a esta intervención milagrosa.
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