Conjunto urbano y arquitectónico en el Barrio de San Isidro
- IGPCV
- 46.250-9999-000236
- Denominació
- Conjunto urbano y arquitectónico en el Barrio de San Isidro
- Municipi
- VALÈNCIA
- Comarca
- VALÈNCIA
- Província
- València
- Localització
- C/ José Andreu, C/ Alabarta, Camino nuevo de Picanya, C/ Dels Gremis, C/ Dr. Bartual y Pau
- Ús primitiu
- Residencial
- Ús actual
- Residencial
- Data construcció
- 1900-1930
- Tipologia
- Infraestructures - Assentaments - Asentaments urbans - Arees urbanes
La calle San Isidro configura uno de los últimos reductos de vivienda rural constreñidos en el espacio urbano. El asentamiento de la Calle San Isidro es una excepción si lo comparamos con los típicos asentamientos de origen islámico. De origen mucho más moderno, se proyectó siguiendo un concepto poco habitual en la huerta valenciana -edificios entre medianeras a lo largo de una calle- que remite a un patrón urbano. Tanto las casas como la iglesia de San Isidro fueron edificadas entre 1900 y 1930, a excepción la casa de San Isidro Muñoz y la casa de Pedrós, que datan del siglo XIX. La iglesia parroquial de Nuestra Señora de los Desamparados y San Isidro, de estilo ecléctico, fue proyectada en 1902 por el arquitecto Joaquín María Arnau Miramón.
En los años 40, el escaso crecimiento urbano que se produjo se materializó colmatando la ciudad en los intersticios de los pequeños barrios de las afueras, surgidos antes de la Guerra Civil, y en torno a los antiguos caminos (Picassent, Reial de Madrid, Quart,
). En los años 60, el Plan Sur, con la construcción del nuevo cauce del río Turia, segregó el espacio huertano ocupando 500 hectáreas de suelo agrícola con una infraestructura lineal que partió la huerta en dos y forzó el desvío de acequias e infraestructuras de comunicación, condenando a la extinción las tierras agrícolas existentes entre la nueva infraestructura hidráulica y la ciudad. En los años del desarrollismo, la presión ejercida por el crecimiento de la ciudad provocó la ocupación de estas áreas. El Plan General de Ordenación Urbana de 1986, dirigido principalmente a paliar los déficits del desarrollismo, ya no tenía carácter metropolitano, lo que acarreó graves consecuencias para el patrimonio huertano.
La construcción de nueva vivienda en busca de mayor calidad acarreó mayor consumo de suelo. Además, el nuevo desarrollo industrial, la construcción de equipamientos urbanos en la periferia y la fractura en los espacios agrícolas que supusieron las nuevas infraestructuras viarias provocó la separación física del barrio respecto de su entorno. Hoy día, la calle San Isidro se encuentra ubicada en la isleta de un lazo viario de la carretera de Torrente, situación que, paradójicamente, mantiene el núcleo urbano en una situación de aislamiento y, a la vez, de resguardo respecto del crecimiento de la ciudad.
A pesar de su origen, su modernidad y su localización descontextualizada, el interés por la preservación de la calle San Isidro radica precisamente en su situación aislada, que le permite pervivir sin afectar ni verse afectado por la presión urbana que ha dado lugar a la absorción por la ciudad de asentamientos de mayor antigüedad o entidad y, sobre todo, por sus valores etnológicos. Ejemplo de ello es el caso del Cristo de la Fe, talla procedente de la capilla de un antiguo molino, situado al sur del nuevo cauce, que fue trasladada tras las obras del Plan Sur, junto con la campana, datada en 1767, a la iglesia de San Isidro. Al haber quedado su recorrido fragmentado por las infraestructuras viarias y el nuevo cauce del río, la tradicional procesión en honor al Cristo se desplazó al barrio de San Isidro, donde actualmente se celebra.
En el entorno también cobra especial protagonismo la Creu del Mig Camí, cruz de término cuyo origen parece situarse en el año 1556 y que estuvo ubicada hasta 1966 en el Camí Vell de Torrent, en el cruce de los antiguos caminos de Mandingorra y del Molí de la Campaneta. Fue destruida por los franceses, reconstruida después y, desaparecida durante la guerra civil española, se rehizo de nuevo en los años cuarenta. Derribada definitivamente por las obras del Plan Sur, fue reconstruida en 1975 frente a la iglesia de San Isidro, donde actualmente se encuentra, aprovechando, al parecer, la antigua espiga de piedra.
La referencia arquitectónica de las casas es la de la arquitectura urbana que se desarrolló en los núcleos rurales de finales del siglo XIX y primeras décadas del siglo XX, y tiene sus precedentes en la arquitectura rural del siglo XVIII, que en estos momentos se simplifica al máximo. Se trata de casas de dos crujías, construidas en una parcela rectangular, donde la puerta se sitúa en el centro de la fachada, si la compartimentación interior se desarrolla a partir de un eje central, o en un lado, si la casa es de una sola mano. En general, en la primera y la segunda crujías se localiza una habitación a cada lado. Una de las habitaciones de la segunda crujía, a la que se suma la porción correspondiente de pasillo, se destina a cocina y comedor y, desde ahí, se accede al corral o patio descubierto, donde se localiza el pozo y el retrete. Posteriores ampliaciones de estas viviendas entre medianeras se han realizado colmatando estos patios. La cubierta se resuelve, en general, a dos aguas, con teja árabe, sobre pilares y con cumbrera paralela a la fachada. La poca profusión de motivos ornamentales diferencia estas viviendas de las que se edificaban en ambientes urbanos. Cuando en estas casas se dispone algún tipo de decoración, ésta se limita a molduras o bandas que contornean los vanos, balcones, rejería y, en ocasiones, a antepechos macizos o calados sobre el alero de cubierta.
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