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Refugio Calle Serranos con Calle Palomino

IGPCV
46.250-9999-000053
Denominació
Refugio Calle Serranos con Calle Palomino
Municipi
VALÈNCIA
Comarca
VALÈNCIA
Província
València
Localització
Calle Serranos- Palomino,
Època
Guerra Civil Española
Data construcció
1937
Tipologia
Edificis - Edificis dotacionals - Edificis de seguritat - Refugis de guerra
Dades de protecció de l'inmoble
Secció
Segona
Classificació
Béns immobles 2ª
Categoria
Lloc històric d'interés local
Dades de Declaració
Tipus de Protecció
Declaración BRL en tramitación GVA (INFORMAT PATRIMONI)
Document urbanístic
Catálogo de bienes y espacios protegidos. Plan General Ordenación Urbana. Homologación. VALÈNCIA
Data Signatura Acte
24/11/14
Fitxa Planejament
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Tipus de Protecció
Declaración BRL GVA (APROVAT URBAN)
Document urbanístic
Catálogo de bienes y espacios protegidos. Plan General Ordenación Urbana. Homologación. VALÈNCIA
Data Signatura Acte
20/02/15
Data Publicació BOP
23/06/15

El período bélico que supuso la Guerra Civil española planteó la necesidad de dar protección a la población civil de la ciudad de Valencia. Para ello se va a primar la construcción de refugios antiaéreos localizados tanto en centros públicos, fundamentalmente colegios, como en edificios particulares.

Este refugio pertenece al tipo adintelado de planta alargada, sustentado por robustas columnas rectangulares.
Conserva bancos corridos en las paredes y alrededor de los pilares. Presenta dos entrada, una recayente a la calle Serranos, 25 que conserva completo el rótulo de REFUGIO, y la otra se accede por la calle Palomino. El acceso se hace por medio de escaleras desde las puertas situadas a nivel de suelo.
Se desconoce la autoría de proyecto y se calcula que tenía una capacidad para unas 400 personas. Durante algún tiempo fue utilizado como casal fallero, por lo que se pintaron los bancos y se hicieron algunas reformas. Tenía su acceso desde la calle Palomino. Actualmente las puertas están clausuradas y el refugio está fuera de uso en estado de abandono.

La Junta de Defensa Pasiva, creada por el Ministerio de Defensa el 22 de junio de 1937, fue el organismo encargado de la construcción de refugios antiaéreos. Se llegó a editar un folleto dando instrucciones para la construcción de los mismos y detallando mediante planos sus características fundamentales. Así, los refugios de nueva planta se construyeron intentando ajustarse al modelo prefigurado. Este hecho resulta muy evidente en los refugios escolares, donde se utilizan los mismos planos para todos ellos, cambiando el nombre del centro. En cuanto a los refugios particulares, la variación es mucho mayor, encontrándose soluciones muy distintas en función de las características de los solares donde se construyen.
Los refugios realizados a expensas de la Defensa Pasiva de la Ciudad fueron 41, tenían utilidad pública y estaban a disposición de todos los ciudadanos. En el año 1938, se dividió el casco urbano de Valencia en dos zonas para la construcción de refugios: la zona centro y la del ensanche y había 101 refugios en total, solicitándose unos 8 más en el mes de agosto de ese mismo año.
Los proyectos de construcción se presentaban en el Ayuntamiento y constaban de una memoria técnica y planos a escala de la planta, alzado y secciones de los mismos.
La distribución de los refugios en Valencia no fue homogénea, concentrándose la mayoría de ellos en el centro de la ciudad. También hay constancia de refugios en Massarrochos, Castellar, Marchalenes o en Patraix, pero no existe una lista oficial que permita saber con exactitud el número total de refugios construidos.
El listado más completo es el que aparece en el períodico La Fragua Social, de febrero de 1937, que identifica 77 refugios con su dirección y número de plazas. El estudio realizado por F. Taberner en el año 2002 consultando principalmente la documentación del Archivo Municipal, permite ampliar el número hasta 258.
La función principal del refugio era la de amortiguar el impacto de los proyectiles que se lanzaban desde los aviones. Por una parte debe neutralizar una acción directa que dependía del peso de la bomba y de la metralla producida por la explosión, y otra derivada de la anterior, que era los la protección de los efectos de la onda de explosión. Ello supone que el refugio disponga de una importante capa de protección en el techo construida mediante celdas de hormigón que se disponen en dos o más hiladas para actuar como amortiguador. Las celdas se rellenan en ocasiones con arena o, en algunos casos, algas para acentuar ese efecto. Por debajo se ponía el elemento más resistente formado por una losa de hormigón armado de 70 cm. de espesor como mínimo.
Constructivamente se distinguen dos modelos de refugios: el abovedado y el adintelado.
El modelo abovedado está pensado para construirse principalmente en jardines o patios de escuelas. Parten de unas medidas básicas de 14 x 28 m. y mayoritariamente son subterráneos, accediéndose al mismo mediante rampas o escalera dispuestas en los vértices contrapuestos, de manera que los accesos queden lo más separados posibles entre sí.
Sobre la bóveda se construía una gruesa capa de hormigón armado, y sobre ella, una capa de amortiguación del mismo material, quedando la cubierta plana a nivel de la calle. No obstante existen refugios que no están totalmente enterrados y la parte de protección sobresale unos dos metros sobre el nivel del suelo, posiblemente debido a problemas de excavación por el nivel freático.
El modelo adintelado se construyó mediante una losa de hormigón armado sustentada por robustos pilares. Las rampas de acceso siguen las mismas directrices que el modelo abovedado.
En ambos modelos se disponía de sistemas de ventilación con salidas a la superficie o también mediante ventilación forzada con maquinaria perfectamente calculada. En algunos casos había estancias de wc y cocina.
También había bancos corridos construidos de obra con mamperlán de madera o hierro adosados a las paredes que se utilizaban para sentarse la gente durante los bombardeos. Exteriormente el refugio se marcaba mediante un rótulo con letras Art Decó que era fácilmente reconocible por la población. Del gran número de refugios existentes en Valencia (tanto privados como públicos) la mayoría han ido desapareciendo con la construcción de nuevas edificaciones.

La geolocalització dels elements està en procés de revisió.