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Molí d'Aigua del Quisi

IGPCV
03.041-9999-000036
Denominació
Molí d'Aigua del Quisi
Municipi
BENISSA
Comarca
LA MARINA ALTA
Província
Alacant
Localització
Partida del Quisi, 4
Estat contexte
Restaurado
Tipologia
Edificis - Edificis industrials i preindustrials - Molins - Molins hidraùlics
Autor
Ajuntament de Benissa
Dades de protecció de l'inmoble
Secció
Segona
Classificació
Béns immobles 2ª
Categoria
Espai etnològico d'interés local
Dades de Declaració
Tipus de Protecció
Declaración BRL en tramitación GVA (INFORMAT PATRIMONI)
Document urbanístic
Plan General de Ordenación Urbana. BENISSA
Data Signatura Acte
23/04/03
Tipus de Protecció
Declaración BRL GVA (APROVAT URBAN)
Document urbanístic
Plan General de Ordenación Urbana. BENISSA
Data Signatura Acte
14/04/03 Vore planejament
Data Publicació DOGV
30/01/04
Data Publicació BOP
14/11/03 Vore BOP

El molino hidráulico denominado del Quisi, está situado en la cuenca del
barranco del Quisi, en la partida rural homónima del término municipal de
Benissa, situada al sur del casco de la población en un territorio de marcado
carácter agrario.
La cuenca de este principal barranco de Benissa se abastece de
diferentes fuentes de pequeño caudal, de gran irregularidad dependiendo de
las estaciones del año y la climatología, a través de diversos ramales que en él
confluyen y que determinan un particular paisaje del agua, con pequeñas
huertas, en un territorio como el del municipio de Benissa, al sur de la comarca
de la Marina Alta, en general seco, caracterizado por la ausencia de caudales
superficiales y de escasez general de agua.
En el se inserta el complejo arquitectónico y funcional del Molí del Quisi
que contaba con las siguientes partes fundamentales: el azud que desviaba
las aguas del barranco, la acequia que las conducía hasta el molino, la balsa
para su almacenamiento, el cubo o pozo de suministro de agua a las ruedas
hidráulicas, la sala de la molienda, casal o sala del molino con la cámara
subterránea para alojamiento de las turbinas y la torre del molino, con
dependencias, para almacenamiento, habitación y comunicación vertical con la parte superior. Elementos funcionalmente independientes pero
articulados entre sí de forma aditiva por una relación lógica de conducción y
aprovechamiento energético del agua, que determina la configuración
característica de este molino hidráulico de origen bajomedieval.
La edificación del molino se encuentra parcialmente excavada en el
talud del terreno que sustenta el área donde se embalsaba el agua,
aprovechando el gran desnivel para obtener presión para el movimiento de
las turbinas. Su arquitectura esta constituida por un sistema integrado de muros
de contención de gran espesor arriostrados rígidamente por bóvedas de
cañón que conforman una estructura monolítica de gran estabilidad y
resistencia para soportar el empuje del talud de tierras y las presiones del agua
del cubo. La estructura del molino en si misma organiza los espacios
funcionales y sustenta los empujes del terreno. La torre se configura como un
elemento de comunicación vertical y a su vez como contrafuerte sustentante
de las tierras de la vertiente donde se ubica. La utilización de los molinos hidráulicos es conocida desde la
antigüedad clásica, el tratado de arquitectura de Vitruvio ya hacía referencia
a los molinos de agua de rueda vertical. En la Edad Media este tipo de molino
de rueda vertical fue el más común en toda Europa, desarrollándose, en
aquellos lugares donde había posibilidades de disponer de un curso
abundante y permanente de agua. El tipo de molino de rueda horizontal o
andalusí, el más habitual en el territorio de la Comunidad Valenciana, a
diferencia del otro, este aprovecha un menor caudal de agua necesitando
por ello, muchas veces, su embalse previo. Este modelo de rueda horizontal
admite una diferencia tecnológica: con cubo o sin cubo, por razones de
caudal disponible y desnivel que tratan de compensarse. Así a menor caudal
se necesita un mayor embalse previo del agua y la existencia de un cubo o
pozo de alimentación con mayor desnivel para aumentar la presión del agua
que permita suministrar la energía suficiente para el movimiento de rotación
de las ruedas hidráulicas o turbinas y transmitir éste a las muelas. Este ha sido el
modelo más extendido de los molinos hidráulicos en la comarca de la Marina
Alta y concretamente el caso singular del Molí del Quisi en Benissa.
En la comarca de la Marina Alta, la existencia de molinos de agua
aparece ya documentada en el ¿Llibre del Repartiment¿ poniendo de
manifiesto el origen árabe de algunos de estos molinos en la comarca. Con el
establecimiento del régimen señorial, en los siglos XIII al XV, los molinos de agua
tendrían un importante desarrollo al constituir entonces una fuente de ingresos
para los señores feudales los cuales disfrutaban de los derechos exclusivos de
explotación, realizada mediante el arrendamiento de estos y la obligatoriedad
de uso para los pobladores de los señoríos. En este contexto bajomedieval se
construyó el molino hidráulico de Benissa situado en la cuenca del barranco
del Quisi.
En el siglo XIV se tiene noticia de la existencia de un molino en el término
municipal de Calp, también en el curso del barranco del Quisi, aguas abajo
del molino que nos ocupa, que tomaba agua del azud conocido
históricamente como del Ràfol (entre las partidas rurales de Biasner y el Pioco
en Benissa), el cual fue uno de los hitos en la división territorial de los términos
municipales de Benissa, Calp y Teulada en 1386.
La expansión de los molinos hidráulicos no se extendió más allá del siglo
XVIII. En el siglo XIX la producción harinera en Benissa tendría un gran
desarrollo, construyéndose entonces numerosos molinos de viento como los
situados en el ¿Pla dels Molins¿ o la partida del ¿Collao¿.
Ambos tipos de molinos harineros entrarían en un proceso progresivo de
decadencia a finales del XIX y principios del XX con la implantación de la
energía de vapor y la creación de las fábricas de harina, denominados por
ello ¿molins de foc¿. Los molinos tradicionales no pudieron hacer frente a la
competencia de las harineras y antes de los años cuarenta ya habían dejado
de funcionar. La actividad del Molí del Quisi duraría hasta 1930 fecha en que
fueron desmanteladas las muelas para llevarlas al núcleo urbano de Benissa, al
molino de Miguel Ivars, transformándose después la balsa y sus dependencias
a un uso agrario.
Los molinos hidráulicos estaban constituidos por unas estructuras
funcionales caracterizadas tipológicamente por la necesidad de adaptación
específica de sus espacios al proceso de elaboración de la harina y a los
condicionantes del alojamiento de una maquinaria que ha de aprovechar la
energía del agua a presión. Es por esto que eran edificaciones las cuales
combinaban el montaje funcional de una serie de elementos y espacios
dispuestos de acuerdo a un proceso de producción adaptados a las
condiciones topográficas para el aprovechamiento de la energía hidráulica.
La organización originaria del Molí del Quisi estaba formada por la
balsa, el cubo, la estructura abovedada de la gran sala de molienda con la
cámara subterránea de alojamiento de las turbinas y la torre del molino, con
dependencias, también abovedadas, para almacenamiento, habitación y
comunicación vertical con la parte superior que permitía un rápido acceso a
la alimentación del cubo. Elementos funcionalmente independientes pero
articulados entre sí por una relación lógica de conducción y aprovechamiento
energético del agua, que conlleva a un sistema de agregación aditiva de
estas estructuras determinando la configuración característica de este molino
hidráulico bajomedieval.
La estructura originaria bajomedieval del molino sería ampliada y
modificada a finales del siglo XVIII sumándose nuevas dependencias tanto de
habitación como destinadas a ampliar su originario uso industrial, datadas en
1796. Así se añadieron el espacio de acceso frente a la sala del molino,
espacios destinados a vivienda adosados a la torre, que en la actualidad han
desaparecido; y se ampliaron las dependencias industriales con una nueva
estancia superior sobre la sala del molino, modificándose en ese momento el
primitivo acceso a las cámaras de la torre y el forjado superior que modificó su
orientación trasladándose a un nivel inferior para facilitar la ejecución de unas
nuevas escaleras.
La singularidad del Molí del Quisi reside en su construcción excepcional
en una geografía de secano, el sur de la comarca de la Maria Alta,
caracterizada por la ausencia y escasez de cursos de agua superficiales lo que
le atribuye una especial relevancia como ejemplo del desarrollo de las
capacidades de una determinada cultura técnica para el máximo
aprovechamiento de unos recursos limitados.
Los condicionantes de un caudal de agua irregular y escaso,
condicionarían las características excepcionales del sistema de conducción y
de los elementos que conforman la estructura del complejo funcional.
El molino recibía las aguas de la fuente y barranco de Paratella, que
confluye con la cuenca del barranco del Quisi, las cuales eran desviadas
seiscientos metros más arriba, para obtener un considerable desnivel de 10
metros, mediante un azud que recogía las aguas. Desde aquí eran
transportadas por una canalización que discurría paralela al barranco hasta
que las condiciones topográficas condicionaban el paso de la conducción
por una galería subterránea con diferentes registros para permitir su
mantenimiento, de unos cien metros de longitud, para poder mantener la
pendiente de la acequia y hacer llegar las aguas a la balsa. La balsa del Molí
del Quisi, terraplenada y transformada hoy en día en cultivos, tenía una forma
aproximadamente triangular, ocupando una superficie aproximada de una
anegada con una capacidad de 1500 m3. Por el caudal de agua que
transcurre por el mencionado barranco de Paratella se puede deducir que la
balsa tardaría unos días en llenarse en verano y prácticamente uno en
invierno, variando mucho en función del régimen de lluvias durante el año.
La balsa permitía almacenar y suministrar el agua de manera continua
al cubo, que es un pozo de sección circular destinado a proporcionar agua a
presión para impulsar la rotación de la turbina mediante la ¿segítia¿ como
popularmente se denomina al conducto de madera de reducidas
dimensiones que dirige la salida del agua hacia las palas de la rueda
hidráulica, y cuya abertura era controlable permitiendo así poner en
funcionamiento la maquinaria y regular el caudal de agua según la necesidad
de presión.
El cubo o pozo de alimentación de las turbinas del Molí del Quisi tiene
también unas dimensiones excepcionales tanto de altura (10 metros) como de
diámetro (0,72 metros), en comparación con la altura y diámetro habituales
para este tipo de molinos hidráulicos que habitualmente desarrollan una altura
máxima no mayor de 4 o 5 metros y un diámetro entre 1 y 2 metros. La gran
altura y reducida sección venia dada para mantener la presión constante
necesaria para permitir el accionamiento simultáneo de dos muelas, estando
directamente relacionadas las dimensiones con el escaso volumen de agua
del que se disponía. De manera que pequeños caudales como el que nos
ocupa obligaron a buscar grandes alturas para poder ser operativo, lo cual
justifica el emplazamiento dado al molino y los esfuerzos realizados para
conducir el agua desde el azud hasta la balsa.
La fuerza del agua que salía a presión del cubo permitía el movimiento
de rotación de las dos ruedas hidráulicas el cual se transmitía mediante un eje
o árbol de madera y hierro a la muela superior móvil, mientras que la muela
inferior era fija. Estas turbinas se ubicaban, en la cámara abovedada
subterránea situada bajo la sala del molino y una vez el agua había pasado
por las ruedas era conducida por una galería en dirección hacia el barranco.
Esta estructura subterránea cuenta con las dimensiones suficientes para que se
pudiera acceder al mecanismo para su mantenimiento periódico.
La estructura arquitectónica del molino, parcialmente excavado en la
vertiente del terreno, esta constituida por un sistema integrado de muros de
contención de gran espesor arriostrados rígidamente por bóvedas de cañón
que conforman una estructura monolítica de gran estabilidad y resistencia
para soportar el empuje del talud de tierras y las presiones del agua del cubo.
El molino es en si mismo organizador de espacios funcionales y estructura
sustentadora del terreno. La propia torre es desarrollada como un elemento de
comunicación vertical y a su vez como contrafuerte sustentante de las tierras
de la vertiente donde se ubica.
La sala del molino es el espacio de mayores proporciones dentro del
artefacto, se trata de una gran estructura abovedada donde se alojaba la
maquinaria de trituración y molienda del trigo, es decir, las dos muelas, la
tolva, el harinal y los demás accesorios que conformaban el mecanismo,
también en ella estaba situada la primitiva puerta de acceso al molino. Su
altura venía condicionada para permitir la comunicación con las cámaras
superiores de la torre la cual se realizaba por un hueco mediante una escalera
de mano. Con la reforma del siglo XVIII pasaría a abrirse una puerta por el
exterior del cuerpo de la torre, accediendo entonces a las cámaras mediante
la construcción de una nueva escalera de albañilería. También en esta
reforma se construyó sobre la sala del molino un piso superior donde se
almacenaba el trigo y se disponían los artilugios necesarios para cernir la
harina y separar el salvado.
El proceso de elaboración de la harina era el siguiente: una vez el trigo
en el molino y antes de molerlo se tenia que limpiar y remojar, después, una
vez seco, se podía verter en la tolva y poner en funcionamiento el molino
destapando el conducto que orienta el agua del cubo a la rueda hidráulica,
regulando su abertura según la velocidad de giro necesaria para la molienda.
De la tolva pasaba el grano al ojo de la muela, controlando la cantidad de
grano que caía con un pequeño canal más o menos inclinado y articulado a
la tolva. Las muelas tenían esculpidas en su superficie dos tipos de relieves, uno
alrededor del ojo de la muela llamados rompedores y el otro circular
ocupando el resto de superficie de la muela llamados moledores. El trigo
cuando entraba en las muelas era apisonado en los rompedores y triturado en
los moledores, cayendo después por unas rozas que por el movimiento de la
rueda iba desplazándose hasta caer en el harinal después se tamizaba con los
cedazos, clasificando las diferentes calidades de las harinas y separando el
salvado.
El Molí del Quisi de Benissa constituye uno de los más singulares molinos
hidráulicos de este tipo en el ámbito de la Comunidad Valenciana. Su
cronología bajomedieval, con posible origen islámico, y sus especiales
características arquitectónicas y de adaptación de una técnica a un medio
físico determinado por la escasez del agua, le confieren una especial
relevancia dentro del patrimonio hidráulico valenciano.

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