Las peregrinaciones por Camins del Penyagolosa: Les Useres i Culla
El calendario festivo valenciano presenta numerosas rogativas y peregrinaciones, resto de antiguas celebraciones penitenciales, en las que nuestros ancestros pedían a la divinidad y a sus intermediarios, la Virgen y los santos, la protección sobrenatural para alcanzar salud, paz y lluvia del cielo suficiente, para que las cosechas llegaran a buen término. Entre ellas destacan las peregrinaciones que se realizan al santuario de sant Joan de Penyagolosa por su alto valor etnológico, histórico y cultural. Este santuario ha sido un importante destino de romerías desde época medieval, permaneciendo hoy en día, las que se realizan desde los municipios castellonenses de les Useres, Xodos, Vistabella y Culla, y desde pueblos turolenses, como Puertomingalvo.
El caso de las de les Useres y Culla resultan más significativas debido a su valor patrimonial, esto se debe a que Els Pelegrins de les Useres, es una de las más antiguas y que mejor conserva sus peculiaridades y simbolismos en sus diversos aspectos: voto de un pueblo desde la Edad Media, camino y ritual, participantes (pelegrins i càrregues), cantos y rezos, comida y vestido, aspectos socio-religiosos e identitarios, etc.
Estas peregrinaciones son muestras de seculares costumbres conservadas gracias al fervor popular. Tradiciones muy arraigadas en la comarca y que siguen un meticuloso y calculado procedimiento, que pervive posiblemente sin cambios desde el siglo XIV, y que tiene establecidos de forma secuencial, precisa y ordenada cada una de sus celebraciones, descansos, comidas y actos.
También conocida como Processó de Culla a sant Joan de Penyagolosa o Processó de Culla a sant Joan de la Font Coberta, tiene su origen a finales de la Edad Media.
Se conservan en los archivos municipal y parroquial, colecciones documentales, que ilustran las manifestaciones descritas de la rogativa. El hecho de que conste en los libros de la contabilidad municipal y el hecho de que es el ayuntamiento el encargado de organizar materialmente la procesión nos hace pensar en un voto de todo el pueblo en el que las autoridades se hacen garantes, constando los gastos de la rogativa desde el año 1400.