Recinto Amurallado de Altura
El término de Altura fue ocupado al menos desde la edad de Bronce como lo evidencian numerosos poblados hallados: Cantal, Caparrota o Las Nogueras. También se encuentran los restos de una villa romana en la partida de El Campillo, donde han aparecido además varios fragmentos de terra sigillata, sudgática e hispánica, ánforas itálicas de los siglos I-III y un denario republicano de una ceca de Roma sobre el año 132 antes de J.C.
Pero no es hasta la reconquista del siglo XIII, cuando tenemos un conocimiento claro del establecimiento del núcleo urbano. A raíz de la donación efectuada el 2 de agosto de 1237, por el rey Jaime I a don Pedro Fernández de Azagra de los castillos y villas de Chelva y Altura, además de las alquerías de Cárcer y Gátova. Durante la expansión de la aljama mudéjar segorbina en 1245, muchos musulmanes se instalaron en la vecina población de Altura. Los cuales se desplazaban diariamente a Segorbe para atender sus tierras y negocios desde la creciente aldea dominada por el Señor de Albarracín y promotor de la sede episcopal.
El notable aumento de los habitantes hizo que sus necesidades se elevaran paralelamente, teniendo que suscribirse un pacto amistoso entre ambos municipios. La villa de Altura modificó sus lindes a favor de la ciudad de Segorbe que recibió nuevas tierras, mientras que los alturanos consiguieron canalizar más agua para el riego de sus cultivos, hecho que transcurrió en 1251.
La población fue legada a Dª. Elfa Álvarez de Azagra, segunda hija de don Pedro, que se casó con el vástago natural de Jaime I "El Conquistador", don Jaime Pérez de Jérica, quedando reintegrada a la corona en 1275. El dominio del Señorío de Jérica se terminó el 6 de octubre de 1296, fecha en que Altura se donó en infanzonía a Sancho Pérez de Ribavellosa.
La carta-puebla se otorgó a sus habitantes en el año 1327, por Dª Buenaventura de Arbórea, viuda de D. Pedro de Xérica. Mediante la misma se establecieron los privilegios y obligaciones contraídas con el poseedor de la población y el funcionamiento de sus instituciones y recursos, constituyéndose las bases para la autonomía del municipio.
La línea sucesoria dejó en poder del rey Martín "El Humano" las villas de Altura y Alcublas que fueron donadas en 1391 a la Cartuja de Vall de Cristo. El acto no fue consolidado hasta el 1 de enero de 1407, quedando incorporadas al patrimonio del monasterio que se elevó a baronía, según privilegio despachado por Bernardo Metge, secretario del rey.
Pese a la existencia en el área geográfica que actualmente se define como término municipal de Altura de abundante poblamiento datado como prehistórico o propio de la edad antigua, el asentamiento sobre el solar que actualmente ocupa el núcleo urbano remonta sus orígenes al medievo musulmán, sin existir datos objetivos sobre su fundación ni más referencias históricas sobre su existencia que los escasos datos proporcionados por recientes excavaciones arqueológicas.
Existen referencias a la población de Altura que se fechan como próximas al año 1240, momento en que el rey Jaime I dona a D. Pedro Fernández de Azagra, señor de Albarracín, Altura y Chelva con sus castillos y lugares. Poco después pasarían a formar parte del Señorío de Jérica. No obstante, las primeras notas documentadas sobre el actual emplazamiento de la Villa se remontan a 1251, con motivo del amojonamiento y distribución de las aguas de Segorbe y la aljama de Altura. Ambos núcleos permanecieron unidos bajo dominio del señorío de Jérica hasta el 6 de octubre de 1296, fecha en que Altura se dona en infanzonía a Sancho Pérez de Ribavellosa.
En 1327, los habitantes de la Villa de Altura obtienen su Carta Puebla, otorgada por Dª Buenaventura de Arbórea, viuda de D. Pedro de Xérica, y la localidad inicia su conformación como municipio autónomo, aunque su existencia queda prácticamente eclipsada frente a la Cartuja de Vall de Crist desde 1385 y hasta 1835, fecha de exclaustración monástica definitiva.
La Villa de Altura esta situada en el valle medio del Río Palancia, entre Valencia y Aragón, dentro de la provincia de Castellón, extendiendo su termino sobre la Sierra Calderona (12.991 hectáreas) recientemente declarada Parque Natural.
El recinto amurallado de Altura no ha sido objeto todavía de una investigación arqueológica que lo defina con precisión, desconociéndose el número de torres que poseía y la existencia de foso.
En la actualidad se encuentra confundido con el caserío existente, pero es fácilmente reconocible por la topografía del terreno, el parcelario y la permanencia de dos portales, el de las Parras, y el de Clemente Serrano, éste con arco de medio punto de sillería. Hasta hace poco se conservaba otra recayente a la plaza Era Lozano. También debió existir otro acceso en la calle Portillo. (C.Pérez-Olagüe. Basado en el texto de R.Tudón)
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